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El virrey José de Iturrigaray convocó a una Congregación para el 9 de agosto, a la que asistieron los representantes civiles, militares y eclesiásticos, hasta sumar ochenta y dos participantes. El fin de la Reunión fue batallar la situación.[36] A excepción de Villaurrutia, los miembros de la Audiencia asistieron bajo protesta pues consideraban que había que seguir las indicaciones de la Junta de Sevilla. Por lo tanto, calificaron de innecesaria la reunión convocada por el virrey.
El Comunidad de México apelaba a las Leyes de Partida para demostrar la existencia de una junta que ejerciera la soberanía en ausencia del rey.[n. 13] Con algunas excepciones, como Primo de Verdad o Talamantes, los integrantes del Ayuntamiento y sus simpatizantes eran más admisiblemente conservadores. Al apoyar el establecimiento de la junta no pensaban en la representación popular, sino en la instalación de un gobierno formado por autoridades reconocidas y representantes de los cabildos municipales.[38] La opción del Comunidad no contemplaba la separación de España, sin bloqueo, el banco opuesto entendió lo contrario.
25] por lo que se presume que tenía cierta influencia sobre Miguel Hidalgo. El 5 de marzo de 1811, López Rayón recibió el cargo de director supremo de la insurgencia y la instrucción de volver al sur mientras Hidalgo, Allá y otros seguían su marcha rumbo a Texas.
[300] Tras la derrota, Torres se unió con Miguel Borja y con un pequeño Congregación de trescientos hombres reconoció como única autoridad a Ignacio Ayala, pero su fuerza fue perseguida y dispersada por el coronel Márquez Donayo. Torres fue sucio por la viejo parte de sus seguidores y finalmente murió durante una riña con un subalterno. Mientras, la Agrupación de Gobierno fue nuevamente sorprendida el 10 de junio, siendo capturados y fusilados por el capitán realista Tomás Díaz, José Pagola y el secretario José Bermeo. Sánchez Arriola y Villaseñor huyeron a la hacienda de las Balsas, en donde se establecieron bajo la protección de Vicente alborotador. Mariano Ruiz de Castañeda fue famoso vocal de la nueva Concilio.[301] Vicente Guerrero como Militar en director de las tropas del sur[editar]
Al mismo tiempo, desde Veracruz, zarparon la fragata Sabina y las goletas Belona y Prosperina al mando del comandante Francisco de Berenger. Los barcos de la expedición de Mina se encontraban abandonados, no obstante lo cual fueron incendiados y destruidos por órdenes de Berenger.[281]
El 28 de diciembre Pedro Ascencio, con un Asociación de ochocientos hombres, sorprendió la retaguardia del contingente de Iturbide en las inmediaciones de Tlatlaya. En consecuencia murieron ciento ocho soldados realistas y entre ellos, el capitán José María González. Quintanilla, Iturbide y el resto del ejército realista se replegaron a Teloloapan.[327] El 2 de enero de 1821, el propio Vicente alborotador con cuatrocientos hombres, venció a una columna subalterna mandada por Carlos Moya en la Batalla de Zapotepec, cerca de Chilpancingo. Al evaluar estas dos derrotas, Iturbide concluyó que los insurgentes conocían muy perfectamente el circunscripción y que vencerlos le toleraría más tiempo del que tenía planeado.
Este acto desencadenó una matanza ordenada por Calleja, que se complementó con el ajusticiamiento de los sospechosos de sedición.[94] Al otro lado pudo escapar de la matanza y se reunió en San Luis Potosí con Abasolo y Aldama. Más tarde todos ellos se reunirían con Hidalgo.[95]
Algunos de los jesuitas desterrados habían sido figuras centrales de ese movimiento intelectual que reivindicó a Nueva España frente a su metrópoli y que llegó, incluso, a proponer la pobreza de emancipar a la colonia. Uno de ellos fue Francisco Xavier Clavijero, que tuvo que difundir su Historia antigua de México en Italia y en el idioma de ese país. En esa obra Clavijero emprende una amplia defensa de América frente a Europa, comenzando por las cuestiones naturales[n. 5] y concluyendo con la reafirmación de todos los americanos a través de la reivindicación del pasado indígena.
En Ciudad de México se concentraron la viejo parte de las tropas realistas; con el regreso de las divisiones de Gabriel Armijo, Cristóbal Húber, Melchor Álvarez y Manuel de la Concha, el cuerpo de efectivos Cuadro de cinco mil hombres.[383] Con un panorama de actividad de guerrilla inminente, parte de la población civil prefirió Expatriarse a las pequeñFigura poblaciones aledañGanador. Los conventos se llenaron de mujeres y muchos miembros del ejército realista huyeron por las noches para incorporarse a los independentistas. Novella distribuyó sus tropas en Tepeyac, Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Coyoacán y el Peñón, en contraparte Luis Quintanar, Anastasio Bustamante y otros jefes trigarantes rodearon a la ciudad tomando posiciones en Chalco, Ixtapaluca, Tepotzotlán, Huehuetoca y Cuautitlán.
Por otra parte declaró que los congresistas habían maniatado a los jefes militares insurgentes, cuestionando a cada paso sus acciones. En consecuencia el Congreso ordenó a José María Morelos arrestarlo, Cos fue sentenciado a asesinato por su desacato, pero sobre la cojín de sus méritos y a solicitud de José María Izazaga, se le conmutó la pena a prisión perpetua.[241] "Los hombres de leyes y los hombres de armas no llegaron a entenderse. Las divergencias que se dieron entre el poder asamblea y el Ejecutante se acentuaron con el paso del tiempo".[242] En Puruarán, el 14 de julio de 1815, Morelos dirigió una carta al presidente de Estados Unidos, James Madison, solicitándole el gratitud de la independencia y el beneplácito para el recibimiento de un embajador enviado por los insurgentes:
Las cifras son aún elevadas y dejan la puerta abierta a que el Gobierno de Erdogan, con quien Torres se reunió este mismo mes en Madrid, acometa nuevas devaluaciones de la divisa en los próximos meses.
[298] El 3 de febrero, el presbítero José Antonio Torres levantó una fuerza de trescientos hombres en Pénjamo para ayudar a romper el sitio, pero su ataque fue rechazado. Por check here la intercepción de un correo, los miembros de la Concilio de Zárate fueron sorprendidos el 18 de febrero pero lograron huir, con excepción de José de Santo Martín, quien fue aprehendido y encarcelado por tres abriles. Finalmente, luego de casi tres meses de sitio, los insurgentes del Fuerte de Jaujilla capitularon el 6 de marzo de 1818.[299]
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A pesar de que el alto el fuego se encontraba plenamente válido, el 19 de agosto, la proximidad de las tropas realistas e insurgentes suscitó un tiroteo innecesario que produjo la Batalla de Azcapotzalco, la cual se prolongó hasta el anochecer.[384] No hubo un claro resultado conveniente para ningún de los beligerantes, ya que durante la refriega murieron doscientos realistas y doscientos trigarantes. Entre estos últimos se encontraba el ex insurgente Encarnado Ortiz, y cuando sus compañeros se enteraron de lo ocurrido, por venganza, pasaron por las armas al teniente Vicente Gil, que había sido hecho prisionero en el campo de batalla. Ambos bandos se retiraron a sus emplazamientos.[385]
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